miércoles, 8 de abril de 2015

Cuando te cansa

Te cansa, te cansa el sol, la luna, la lluvia, el cielo, el suelo, el frío, el calor, te cansa hasta el simple hecho de oír su voz. Las etiquetas son algo muy común en la sociedad de hoy en día, nos encanta clasificar a las personas en grupos , ponerles etiquetas y estamentarlas en algo que tal vez no concuerda con la realidad, sin averiguar los motivos que les llevaron a cometer esas acciones que vemos tan sumamente horribles, aún así nos divierte clasificar. Nos fascina encasillar a los hombres como unos machitos, brutos, machistas e insensibles,  y a las mujeres como fáciles, sueltas, con poco orgullo y fáciles de manejar, puede que dos de cada diez que metemos en esa definición sean reales, las otras ocho son puras etiquetas. No se nos ocurre pensar en que esas personas etiquetadas tienen sentimientos, les puede afectar eso que decimos o como las llamamos, incluso no somos conscientes de como se difunde  esa etiqueta, tanto hasta el punto de destruir a esas personas. Aún así seguimos riendo y viendo entretenido ese encasillamiento. Detrás de esas etiquetas hay bastantes lágrimas. aunque no las veamos hay personas que sufren, lo pasan mal y se cansan. Se cansan de todo, de lo bueno, de lo malo, incluso a esos a los que considerabas amigos los empiezas a cuestionar, te agotas hasta el punto de querer desaparecer, desvanecerte, necesitas que tus recuerdos ya no estén, que a esos que mirabas con admiración ahora solo te producen asco, decepción y eso no te gusta. Quieres empezar de cero. que tu cabeza y tu corazón dejen la guerra interna que se traen, que se olviden de todo lo ocurrido y de lo que no sucedió. El hecho de oír su voz que antes te provocaba placer ahora te cansa, no por ser su voz sino porque cada vez que confías un poco te falla, cada vez que te falla te hunde, te hace sentirte patética, te decepciona y te rompe y ni siquiera así puedes dejar de quererlo, únicamente te cansa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario