Te cansa, te cansa el sol, la luna, la lluvia, el cielo, el suelo, el frío, el calor, te cansa hasta el simple hecho de oír su voz. Las etiquetas son algo muy común en la sociedad de hoy en día, nos encanta clasificar a las personas en grupos , ponerles etiquetas y estamentarlas en algo que tal vez no concuerda con la realidad, sin averiguar los motivos que les llevaron a cometer esas acciones que vemos tan sumamente horribles, aún así nos divierte clasificar. Nos fascina encasillar a los hombres como unos machitos, brutos, machistas e insensibles, y a las mujeres como fáciles, sueltas, con poco orgullo y fáciles de manejar, puede que dos de cada diez que metemos en esa definición sean reales, las otras ocho son puras etiquetas. No se nos ocurre pensar en que esas personas etiquetadas tienen sentimientos, les puede afectar eso que decimos o como las llamamos, incluso no somos conscientes de como se difunde esa etiqueta, tanto hasta el punto de destruir a esas personas. Aún así seguimos riendo y viendo entretenido ese encasillamiento. Detrás de esas etiquetas hay bastantes lágrimas. aunque no las veamos hay personas que sufren, lo pasan mal y se cansan. Se cansan de todo, de lo bueno, de lo malo, incluso a esos a los que considerabas amigos los empiezas a cuestionar, te agotas hasta el punto de querer desaparecer, desvanecerte, necesitas que tus recuerdos ya no estén, que a esos que mirabas con admiración ahora solo te producen asco, decepción y eso no te gusta. Quieres empezar de cero. que tu cabeza y tu corazón dejen la guerra interna que se traen, que se olviden de todo lo ocurrido y de lo que no sucedió. El hecho de oír su voz que antes te provocaba placer ahora te cansa, no por ser su voz sino porque cada vez que confías un poco te falla, cada vez que te falla te hunde, te hace sentirte patética, te decepciona y te rompe y ni siquiera así puedes dejar de quererlo, únicamente te cansa.
miércoles, 8 de abril de 2015
Te Pensé
Ayer te pensé, no puedo negar lo evidente, llevo mucho haciéndolo. Me puse a mirar un año atrás y todo, absolutamente todo, ha cambiado, para mejor o para peor, pero ya nada es lo mismo, no logro recordar como cambió todo tan rápido. Sé que tú fuiste partícipe y una parte importante de ese cambio, llegaste y con tu extraña. ambigua y poco común forma de ser y me atrapaste, no puse resistencia, me dejé atrapar. Nunca supe ni imaginé que ese secuestro voluntario me iba a hacer plantearme tantas cosas, ni siquiera que iba a producir tantas modificaciones, aunque por un lado me alegra que haya sido así. Sin embargo volviendo al presente me perturban tus recuerdos, me inquieta tu sola presencia, el toce de tu piel con la mía me provoca un éxtasis cerebral indescriptible, pero me pregunto dónde quedaron esos abrazos, esos detalles que solo tenían importancia para mí, esos segundos a solas , a escondidas en los que nos volvíamos locos el uno al otro, dime donde están esos besos que me hacían rozar el cielo, o el infierno tratándose de ti. A veces es malo conocerse mucho y nosotros nos conocíamos demasiado. Yo he cambiado, pero no olvido esos días y esas noches por nada del mundo, aunque me queme, aunque duela, lo prefiero mil veces a ser cobarde y fingir que no pasó, que no fuiste importante. Mi gran duda es porque a pesar de rememorar esto casi a diario, sigo decepcionada en cuanto a ti, mayoritariamente recuerdo las situaciones dolorosas, pienso si recordarás algo de todo eso, aunque sea si lo has hecho alguna vez. Pienso si me creo tu parte buena, la mala o ambas, me creo tus te quiero o tus actos contradictorios. Como te decía antes inevitablemente te pensé y no puedo negar lo evidente y lo evidente es que te quise.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)