Todos queremos lo que no se puede, somo fanáticos de lo prohibido. En aquel momento habías sido tú lo prohibido y volvías a serlo.
A las 5:26 te recordé, me vinieron a la cabeza las ganas y como sería todo si estuvieras aquí.Comencé a plantearme si cambiaría algo, si en esa hora imprecisa te hubiera tenido al lado, hubiera sido diferente.Me extasía el hecho de no poder dormir tranquila sabiendo que cuando abra los ojos lo más probable sea que mire al lado y no vea a nadie, que no te vea a ti, que no vas a estar. Me acostumbré a esa idea, mi cuerpo también, pero mi cabeza y mi corazón me pedían algo diferente.A las 5:26 se me antojó lo prohibido, lo que provoca en mí esa sensación de frenesí. En ese momento pienso en lo que no debo, en lo que no puedo, en lo que no tengo pero reiteraba la idea de que ya se había acabado.El tiempo se había desvanecido junto con mis ganas.A pesar de que el lapso se había acabado , por lo menos lo intentabas aunque no fueras bueno pidiendo disculpas. Necesitaba algo más que tu cuerpo, me tuviste desde el principio pero ahora quiero que se acabe. Las 5:26 va a ser esa hora que nos determine y nos termine por fin. Había estado demasiado tiempo intentando de atrapar el ritmo, de recuperar tu corazón, pero no era consciente de que nunca lo había tenido. Pero esa presión nos destruyó como un rayo.Solo querías discutir durante todo el día y hacer el amor toda la noche. Te enfadas y te vas cuando soy honesta, no se si es miedo, aburrimiento o indecisión, pero lo haces. Pasaron los minutos y seguía sin nada. Sentía una mirada fría mientras simulaba que todo iba bien. Me rompí por dentro más de una vez , se me hizo el corazón cenizas. Pero continuaba insistiendo en que quizás si me despertaba mañana a esa hora incomprendida, tal vez cambiara algo, tendría un mensaje tuyo, unas buenas noches, un buenos días, un tú puedes, un hola simplemente, pero que fuera sin un fin oculto. Solo quería que fueras sincero, que te abrieras conmigo, pero lo único que sentía eran golpes de un lado a otro, se me desbocaba el corazón de la angustia. Eres sobre-protector cada vez que me alejo, y cada vez que me haces regresar me derrumbo. Ya no quiero jugar más, estoy cansada, aburrida, agotada ya ni dolor siento. Necesito alejarme y que no vengas a buscarme esta vez no.No eres el culpable, en esto no hay inocentes ni culpables, fue un juego de ambos. El conflicto interno y el error fue convertir ese juego en algo con sentimientos, fue mi error. Me negaba mil ideas y conclusiones acertadas porque no quería verlas, pero yo no tengo cupo en tu vida aunque me duela. No tengo el lugar en el que tú me quieres ubicar, merezco y quiero más que eso aunque no sea contigo. Poco a poco dejé de mentirme y llegó el día en el que derramamos la verdad. Pronuncié como últimas palabras en el último intento de quererte , esas siete letras que había negado y temido decir durante todo este tiempo, me liberé y emití un te quiero. El te quiero más sincero que nunca he dicho. No me di cuenta de que eras un jugador nato, que había sido una muñequita partícipe del juego, que ya no quería jugar más. Estaba agotada de intentar provocar algún tipo de respuesta tuya, ya se acababa. No quería seguir mirando desde esa posición como hacías tu vida y repetir ese período una y otra vez hasta que te cansaras. Ya no me quiero despertar a las 5:26, quiero dejar de ser imprecisa por una vez. Eramos imprecisos al igual que esa hora. Quería poder contar contigo, tenerte conmigo para lo bueno y lo malo, que te apoyaras en mí y si era necesario te durmieras en mi pecho riendo o llorando, pero todo conmigo. Voy a dejar que pase el tiempo y que esas 5:26 se conviertan en una hora más, que no me despierte soñando ni esperando algo que realmente ya no quiero. Quiero que mis 5:26 sean diferentes, que me gire en la cama y me abrace evitando cualquier tipo de distancia entre él y yo, que ya no seas tú el que espere a las 5:26.